No os digo nada, simplemente decid ¿qué veis aquí abajo?
Pues no es otra cosa que un gato que el graciosísimo
presidente ruso Vladímir Putin (así, con acento en la primera i) ha
dibujado en un colegio de la ciudad de Kurgán para felicitar a los alumnos con
el comienzo de la temporada escolar. Inmediatamente, la opinión pública se mostró muy preocupada
por el doble significado de la imagen y los especialistas del arte pictórico se
han propuesto a perfeccionar esta nueva técnica.
Para entender el motivo qué impulsó al presidente a
compartir esta visión del mundo animal (enfocado por el culo), no nos servirán
estudios de psicología. Aunque apetece mucho analizar el cuadro a través de la
teoría del Dr. Freud.
Sin embargo, debemos recordar que no es la primera vez que la
afición del jefe de estado hacia los felinos salta a las redes sociales. En
verano de 2012 Putin había regalado un gato siberiano a un gobernador japonés. Y
fue tan amable de dejar fotografiar al gato, que enseguida se convirtió en un
Trending Topic en redes sociales, porque los rusos son extremadamente sensibles
a los contenidos gatunos. Así que los que no hablan nunca de Putin en sus Muros se han visto inundados por las imágenes de su peludo obsequio. Muy
majo, sin duda.
La pregunta es, si todo esto es una coincidencia o Putin
tiene estrategas de comunicación que piensan día y noche cómo despertar el amor
de los internautas hacia el presidente del país. Si no es por libertades
democráticas, será por aficiones compartidas y ocurrencias chispeantes.
Por otro lado, la última broma de los artistas rusos no le
ha gustado nada a Putin. En San Petersburgo, un museo erótico fue requisado de
sus mejores obras en vísperas de la celebración del G20. Una de ellas, presenta
a Putin y Medvedev… con tetas y en bikini. Bueno, ni que fueran desnudos.