sábado, 20 de marzo de 2010

Una señora con cuernos de verdad

Una anciana de 101 años en una aldea de la provincia central china de Henan ha desarrollado un cuerno de color negro y casi seis centímetros de largo en la parte izquierda de su frente, lo que ha causado cierto temor entre los vecinos de la localidad, informó el oficial "Diario del Pueblo".


La anciana, llamada Zhang Ruifang, vive en el pequeño pueblo de Linlou, y desde el año pasado le ha crecido una protuberancia que ahora mide unos seis centímetros y tiene un aspecto muy similar al asta de una cabra, contó el diario, que ofrece fotos del fenómeno .

El cuerno, formado por queratina (sustancia que también se encuentra en los pelos y las uñas humanas) no causa dolor ni molestia a la anciana, aunque algunos vecinos sí han reconocido que el cuerno "da miedo".
Zhang, ajena a esos temores, sale todos los días a pasear y lleva a cabo algunas labores domésticas, viviendo con la familia de uno de sus siete hijos.

Las imágenes de la anciana "cornuda" han aparecido ya en muchos medios de todo el mundo, especialmente en la prensa anglosajona, donde se ha destacado que este tipo de protuberancia es un tumor benigno que suele aparecer con frecuencia en personas de la avanzada edad, aunque muy raramente alcanza tamaños tan grandes.

En la parte derecha de la frente, a la mujer le está apareciendo una protuberancia similar, también de color negro, aunque por ahora de mucho menor tamaño y con el aspecto de una simple peca.



Pekín amanece cubierta de arena tras llegada de nociva tormenta



Una densa tormenta de arena del desierto del Gobi que llevaba semanas avanzando desde el noroeste de China llegó hoy a Pekín con potentes vientos y toneladas de tierra amarilla que a estas horas cubren la capital china.

Según informó el Buró de Protección Ambiental, la tormenta llegó a Pekín en las últimas 24 horas y es una de las peores que recuerdan los locales, con densidades de más de 1.500 microgramos de gránulos por metro cúbico.

Wang Xiaoming, funcionario del buró ambiental municipal, señaló a la agencia de noticias Xinhua que la tormenta llegó a Pekín a medianoche, que avanza en dirección sureste y que en la mañana de hoy la densidad era superior a mil microgramos por metro cúbico.

El temporal de polvo ha reducido de forma significativa la visibilidad, aunque no ha causado graves problemas en las carreteras ya que la población ha decidido quedarse en casa aprovechando el sábado y por recomendación de las autoridades chinas, ya que esta densidad de polvo es nociva para la salud.

Pekín registra hoy un nivel de contaminación máximo, con una concentración de partículas de entre 300 y 500, lo que se considera muy peligroso para la salud humana, según los controles de polución situados en el centro de la capital.

Los tejados, los vehículos y las calles amanecieron cubiertos del polvo del Gobi que durante semanas ha recorrido las regiones de Mongolia Interior, Xinjiang y Ningixa y las provincias tibetanas de Gansu y Qinghai, en el noroeste del país asiático, transportado por vientos de gran potencia.

"Las tormentas de arena de esta densidad eran frecuentes en las décadas de 1980 y 1990. Pero no recuerdo una así desde hace dos o tres años", explicaba un jubilado de Pekín, Song Xiurong, a la agencia de noticias Xinhua.

Los vientos que se registran a estas horas en algunas partes de la capital china alcanzan hasta los 100 kilómetros por hora.

ABC Pekín amanece cubierto de arena

domingo, 14 de marzo de 2010

Guerras religiosas del siglo XXI

Las estadísticas indican que el número de musulmanes en Occidente, en particular en Europa, no cesa de crecer por razones de flujo migratorio y de mayor tasa de natalidad entre los mahometanos. En cambio, el número de cristianos en Oriente Próximo no para de menguar. La región que fue cuna del cristianismo se vacía. Junto a la pobreza general y la discriminación social, los últimos años han visto una espiral de violencia política contra las minorías cristianas por parte del radicalismo islámico.
Según la ONG «Open Doors», alrededor de 100 millones de cristianos (de los 2.000 millones de creyentes de esa religión que hay en el mundo) viven hoy acosados, la gran mayoría en países islámicos.
La lista de los «infiernos» en la Tierra donde millones de cristianos luchan por vivir su fe suele estar encabezada en el «ranking» de las organizaciones internacionales por naciones como China, Arabia Saudí, Nigeria, Sudán o Egipto. El clima ideológico de todas esas naciones, que sirve de caldo de cultivo para la persecución o la matanza de cristianos, es el rechazo de los valores de libertad y tolerancia religiosa, que explica fenómenos como el de las «caricaturas danesas», o la presión de la Conferencia Islámica para que se legisle contra la blasfemia.
Arabia Saudí: Vuelta a las catacumbas
Arabia Saudí, «guardián de los lugares sagrados» de la Meca y Medina, es para muchos analistas el país que persigue de modo más sistemático y eficaz a los cristianos, al igual que a los fieles de otras religiones.
Todas las organizaciones —incluyendo la ONU y el Departamento de Estado norteamericano en su informe anual sobre libertad religiosa— condenan periódicamente la persecución de cristianos en Arabia Saudí, pero el primer productor mundial de petróleo se muestra inmune a las críticas.
Más de un millón de cristianos, en su inmensa mayoría católicos procedentes de regiones pobres de Asia, trabajan y residen en Arabia Saudí. El gobierno, dócil ante el clero radical wahabí, prohíbe no sólo las iglesias sino también la reunión de cristianos para rezar. Los casos de detención, tortura y expulsión de emigrantes por su práctica religiosa son muy frecuentes. El millón de católicos que trabaja en las ciudades y explotaciones petrolíferas no tiene posibilidad de oír misa (Arabia Saudí es una versión moderna de las catacumbas), ni cuenta con sacerdotes para los sacramentos.
El régimen de Riad recuerda a Occidente su obligación de dotar de mezquitas a los emigrantes musulmanes, y costea generosamente su construcción en todo el mundo, pero prohíbe de modo tajante la existencia de iglesias en su propio territorio. La conversión de un saudí musulmán al cristianismo se castiga con la muerte.

Nigeria: Diez años de sharía, doce mil muertos
Desde que en 1999 se implantara la Sharía —ley islámica— en doce estados de Nigeria, al menos 12.000 personas, la mayoría cristianos, han muerto en los choques religiosos registrados en el país.
En el último incidente, a comienzos de esta semana, quinientas personas de la tribu berom, una etnia sedentaria que profesa la fe cristiana, fueron asesinados a machetazos por ganaderos de la etnia fulani, de mayoría musulmana. Según fuentes oficiales, la masacre fue la respuesta de los fulani a los enfrentamientos religiosos del pasado enero, que dejaron un saldo de 326 muertos.
En la actualidad, Nigeria es uno de los países del mundo con mayor comunidad cristiana; más de 70 millones frente a cerca de 75 millones de musulmanes, por lo que resulta común que la ancestral rivalidad por el control de los terrenos de cultivo sea disfrazada de conflicto étnico-religioso.
El enfrentamiento se ha agudizado en los últimos meses por el evidente vacío de poder que sufre el país, gobernado de facto en la actualidad por el vicepresidente Goodluck Jonathan.
Sudán: Tras el biombo de Darfur
Desdibujado bajo el mediático Darfur, el conflicto entre el norte de Sudán —de mayoría musulmana y árabe— contra el sur del país —cristiano y animista— se ha convertido en los últimos años en una de las crisis humanitarias más olvidadas del planeta. Un enfrentamiento, fomentado por el Gobierno islamista de Omar al Bashir, que se ha cobrado la vida de cerca de dos millones de personas, la mayoría de ellas bajo un salvajismo extremo. Éste es el caso de la localidad de Tombura Yambio, donde a finales del pasado año decenas de cristianos fueron crucificados vivos, según denunciaba Hiiboro Kussala, uno de los obispos locales. Mientras, en la capital, Jartum, la comunidad cristiana se ve obligada a sufrir humillaciones de tono moral.

China: El partido comunista es el único Papa
Sacerdotes desaparecidos desde hace varios meses. Misas clandestinas en casas particulares. Católicos torturados en las cárceles. Miradas recelosas en las iglesias, vigiladas por policías apostados a sus puertas que toman los datos de los feligreses. Así es la vida bajo lupa de los cristianos en la China del siglo XXI, donde la apertura económica y social de los últimos treinta años no ha erosionado el autoritario poder del régimen comunista.
Para que nada ni nadie le hagan sombra, Pekín controla no sólo a los disidentes políticos y a todas las organizaciones civiles, sino también los cultos religiosos. Por una parte, negocia con el Vaticano para establecer relaciones diplomáticas, rotas desde la masiva expulsión de misioneros en 1951, pero, por la otra, dirige y nombra sus propios obispos tanto en la iglesia protestante, que oficialmente cuenta con 20 millones de miembros, como en la Asociación Católica Patriótica, que no reconoce la autoridad del Papa y sus más de diez millones de feligreses reconocidos.
Sin embargo, se calcula que podría haber unos 60 millones de cristianos que practican su fe en misas secretas celebradas en casas particulares. El año pasado, la Policía irrumpió en 77 de ellas y, además, detuvo al obispo Julius Jia Zhiguo y al abogado católico Gao Zhisheng, que permanecen desaparecidos desde entonces.
En una nación supuestamente atea, pero donde la fe es una cuestión de Estado, el Partido Comunista se erige como máxima autoridad religiosa para convertirse en el Papa de los católicos chinos.Egipto: La desgracia de ser copto
Egipto cuenta con la mayor población cristiana de Oriente Próximo —alrededor del 10 por ciento— pero esa condición no resulta nada placentera: decenas de coptos han sido asesinados en los últimos años a manos de islamistas.
Aunque el régimen presume de tolerante, el acceso a cargos políticos resulta siempre denegado a aquellos que no profesen otra fe que no sea el islam.

Cinco «infiernos» donde se reza a Jesús