martes, 10 de mayo de 2011

Se encoge de hombros pero el resto del cuerpo permanece igual



Carlota Vicens, de 16 años, está siendo investigada por la comunidad médica internacional. Hace dos años sus padres la llevaron al médico tras comprobar que unos espasmos musculares hacían que se encogiera de hombros. “El espasmo, que empezó con la entrada de Carlota en la adolescencia, también va acompañado de falta de apetito, depresión leve e indiferencia general, especialmente por los temas que atañen a su futuro”, explica el médico que lleva el caso. Lo que más sorprende a los expertos es el movimiento muscular de los hombros mientras el resto del cuerpo permanece impasible.

Todo empezó cuando suspendió un examen: “Pareció no importarle, le preguntabas qué iba a hacer y se limitaba a encogerse de hombros, sin mover el resto del cuerpo y sin decir palabra. Y poco a poco ha ido haciéndolo cada vez más a menudo. Ya no reconocemos a nuestra hija” dicen sus padres, compungidos. “Le hablas y le preguntas cualquier cosa y todo es encogerse de hombros. Nos han dicho que amputándole los brazos quizá recuperaría las ganas de vivir, pero es una decisión difícil de tomar”. Este periódico ha querido entrevistar a Carlota, la afectada, pero ésta ha declarado que “pasa”. Al decirle que los médicos habían sugerido amputarle los brazos, ha hecho un gesto como de “y yo qué quieres que haga”.

Un caso similar al de Carlota se dio en Murcia hace años, en este caso en una señora mayor. Angela Puertas empezó a chasquear la lengua conforme ganaba años. Al principio nadie le dio importancia pero progresivamente su cara quedó convertida en una mueca de disgusto. “Yo ya veía que su carácter se iba agriando conforme la boca se le retorcía. Nadie quiso curarle aquél tic y tú veías que lo hacía sin querer, porque siempre ponía aquella cara como de parecerle todo mal. Le explicabas cualquier cosa y chasqueaba la lengua. Murió sola. Sólo pido que se investiguen más estos casos”, explica su hermana.

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